A través de mensajes de voz JonKe, un cocinero zornotzarra, nos relata su experiencia laboral en Japón donde lleva ya tres años. Al principio estuvo trabajando en Tokio y también disfrutando y conociendo esta cultura. Tras año y medio en la capital nipona se trasladó a un resort cerca de Hiroshima. “Aquí llevan al extremo el kilómetro cero, nos adaptamos a lo que quiere el hotel y sus clientes. El pescado y todo el producto tiene que ser de gran calidad, fresco y muy caro. Hacemos mucho pescado a la parrilla, estilo a la bilbaína, aunque el pescado tiene menos grasa, por lo que es más idóneo para sushi o sashimi”. Hay un alto adquisitivo, 36 millones de personas en Tokyo, la ciudad con más restaurantes con Estrellas Michelín de todo el mundo”.
Jonke trabaja cerca de Hiroshima, en el Hotel Bellavista, un resort de lujo con vistas impresionantes de la bahía. “Viene mucha gente rica, cantantes, actores. Con un precio entre 600 -800 euros la habitación, tenemos 4 hidroaviones en el hotel, helicóptero, un barco para hacer cruceros por este mar lleno de islas, un crucero de 2- 3 días vale 8.000 euros por persona. En el restaurante tenemos un menú degustación de 120 euros sin bebida”.
Los clientes japoneses son exigentes pero los vascos somos más exigentes, según Jonke. “Los japoneses no son de mucho protestar, son muy educados, pagan y se van. Además, las porciones en Japón son muy pequeñas. Muchas veces me ha tocado tener que cenar dos veces, después de pagar una pasta”.
Entre los peces que ofrecen en el restaurante destaca entre otros el pez globo. “Utilizamos el pez globo, que es venenoso, hay gente que tiene un carnet especial para manipular el pescado, y en la pescadería te dan un certificado. Está muy rico en sashimi y a la parrilla está exquisito, tiene la textura de un rape, pero es muy caro. Puedes pagar 500 euros el kilo en la pescadería, también hay más barato de piscifactoría, sin veneno, más económico, aunque sigue siendo caro”.
Otro de los productos estrella es la famosa carne de Kobe, “pero me quedo con la carne nuestra o la gallega, que tienen más sabor que la de Kobe. Te puedes comer 200 gramos y se deshace en la boca, está buena y aspecto magnifico, pero tiene también con mucha grasa y no te incita a comer mucho. La nuestra tiene mucho más sabor, además es más barata, la de Kobe vale 150 euros unos 200 gramos”.
El ocio nocturno también está caro, sobre todo si tomas alcohol. “El vino más barato que encuentras vale 7 euros, salir a la noche está bien, pero no hay tanta fiesta como se puede pensar, si sales de fiesta sin cenar te puedes gastar más de 250 euros sin darte cuenta. Los japoneses son un poco catalanes, si les invistas no siempre te devuelven la invitación, ya hemos hecho alguna bilbainada de fiesta en Hiroshima, una vez invitamos a una vuelta de vinos y nos costó 150 euros. Son muy suyos, van por su cuenta, tímidos, les cuesta relacionarse con la gente. Sólo el 10% de la gente joven sale de fiesta, el resto jugando con sus videojuegos, En los trenes van de uno en uno, son un poco frikis, pero buena gente. El transporte es carísimo, el turista puede sacarse un pase y moverse varios días por todo Japón, pero nosotros no podemos. El tren de alta velocidad de Hiroshima a Tokio, 600 kilómetros, vale 300 euros ida y vuelta.
Los japoneses son extremadamente educados, si preguntas una dirección de una calle se va a desvivir por ayudarte y nunca te dicen que no. Y lo que me gusta es la seguridad, no ves peleas, no hay delincuencia, puedes dejarte el móvil o la cartera olvidada encima de la mesa, y nadie lo toca. Un amigo perdió la cartera con 300 euros en el famoso cruce de Shibuya y fue a la comisaría del barrio y allí estaba con todo el dinero.
Para el turista la mejor época para visitar Japón es primavera con los cerezos en flor y también en otoño. La familia de Jonke irá en abril a visitarle y luego iré de vacaciones por Asia antes de regresar a Amorebieta.