Montar en moto es uno de los mayores placeres jamás inventados. Y eso cualquier motorista no solo lo sabe, sino que lo ha experimentado sobre el asfalto. Así que no es de extrañar la afinidad que tienen en la carretera todos aquellos que transitan sobre las dos ruedas. Es como si solo ellos supieran realmente el privilegio que supone rodar en una de estas máquinas sagradas, sentir la libertad, la adrenalina, el viento, la velocidad… es decir, estar imbuidos por un auténtico espíritu motero.
Joseba Mandaluniz es miembro del Club BMW Motorra GS Euskadi, junto a otros 80 moteros. Los socios del club se apuntan a las salidas que organizan, también comparten rutas de otros motoristas y las pasan al GPS. “La sensación de conducir una moto es fenomenal, disfrutas curveando, admirando paisajes espectaculares, visitando sitios…es una experiencia muy bonita. Es una afición que te permite conocer muchos sitios. Algunos cercanos, que hacemos en salidas de día y también hacemos viajes internacionales como Grecia o recientemente Túnez”.
Viaje a Túnez, del 1 al 15 de octubre; 10 motos y 6.000 kilómetros en 15 días. “Fuimos de Bilbao a Barcelona por los Pirineos, de allí en ferry hasta Civitavecchia. Llegamos a Túnez y recorrimos todo el país hasta la frontera con Argelia. La vuelta la hicimos de Génova a Perpignan en barco y de allí por carretera hasta Amorebieta. Ha sido un viaje espectacular”. Realizaron muchas paradas para visitar ruinas, castillos, enclaves naturales y tan solo sufrieron un pinchazo. “En este tipo de salidas llevamos siempre repuestos básicos, para neumáticos, manetas de freno, pedal de freno y de cambio. Aunque todas las motos son modernas BMW Maxitrail, hay que prevenir este tipo de averías”.
Durante las rutas que realizan mantienen la comunicación gracias a unos intercomunicadores que les permiten hablar entre ellos y avisar de cualquier imprevisto en la carretera. “Vamos hablando entre nosotros, podemos cambiar una ruta sobre la marcha, avisarnos de peligros en la carretera, si alguien se retrasa…es un sistema de comunicación que además aporta seguridad al grupo”.
También planifican rutas según el restaurante elegido. Son paradas gastronómicas. “A veces sí organizamos las rutas para llegar a comer a un determinado restaurante, pero otras veces comemos bocadillos para seguir la ruta”. Ahora, en invierno, tienen que hacer un parón por las condiciones climatológicas. Es tiempo para pensar en las siguientes salidas y viajes.