Las personas que veis en la foto han vivido medio siglo. Sí, ya sé que parece increíble dada la juventud y vitalidad que desprenden, pero aunque cueste creerlo, esta gente nació en 1974, es decir, hace 50 años, en Amorebieta Etxano.
Nacieron en un mundo analógico, con televisores en blanco y negro y solo dos canales para elegir: la primera y UHF. Pipi Calzaslargas, la Bruja Avería o Mazinger Z los mantenían pegados a la caja tonta. Por supuesto, no existía internet, pero pronto empezaron a aparecer los primeros ordenadores personales como el Commodore 64, aunque a Olentzero no le cabían muchos en el saco, y fueron pocos los afortunados en tener uno. Así que, ante la falta de dispositivos de atontamiento, la calle era el lugar favorito de esta generación. Y en la calle siempre había algo que hacer: jugar al hinque, saltar a la goma, andar en bici, jugar a las canicas o a ¡¡¡churro vaaa!!! Churro, mediomango, mangoentero, ¿qué hay en el puchero? Y los de abajo, ¡apuchurraus!
Jugaban en el caminito negro, en el Calvario, en la fuente de la plaza o en el parque Zelaieta. Eso los del centro, porque los de los barrios tenían sus propios sitios. Estaban los del barrio de la Humedad, los de Valet, los de San José Obrero, los del cementerio. Pero, aunque cada uno vivía en su ‘aldea’, de alguna manera se ponían de acuerdo, cual trending topic en redes sociales, para sacar el juguete de moda al mismo tiempo. Tocaba trompa, pues todos con la trompa. Tocaba Sancheski, pues todos sobre ruedas. Y lo mismo con las canciones y coreografías para saltar a la goma: “Cristo ya nació en Palacagüina…”
Pronto cambiaron los juguetes de niños por los de adolescentes. Llegaron los walkman y, con ellos, la posibilidad de escuchar música en cintas de cassette. Los más atrevidos salían a la calle con su walkman enganchado al cinturón y sus cascos, mientras escuchaban Kortatu, La Polla, The Police, Modern Talking, Barricada o Medina Azahara. En las casas también hubo cambios significativos. La tele se volvió de colorines y los dibujos dieron paso a series como V, MacGyver o El coche fantástico. Teleindiscreta y las pegatinas en las carpetas de clase daban buena cuenta de la serie de moda y, por supuesto, de sus protagonistas.
Sus primeros recuerdos como adolescentes en las fiestas de Amorebieta estarán seguramente ligados a trastear primero por las barracas y poco después por la calle de Larrea (hoy Luisun), entre las txosnas en lonjas y los bares Guria, Urtza, Oki, Donibane o Voltios, algunos ya desaparecidos. Ahí vivieron sus primeros ligoteos y las primeras escapaditas en pareja hacia Larrea. Y por supuesto las sokamuturras en la calle de la estación, tras las primeras gaupasas.
A partir de ahí, todo fue ido muy rápido. Estudiar (esta fue la primera promoción que pudo estudiar en euskera en el instituto de Urritxe) y divertirse. Los fines de semana, después del poteo, había tiempo para el “baile”. Así, el Cañas (MaunaLoa en realidad), el Buhos, el Amesti o el Oasis entre otros, formaban ese hábitat conocido como ‘Tugurios’, frecuentado por esta generación durante su juventud. Y, para rematar, un bailecito discotequero en ¡¡La Bella Otero!!
Pero como decía, todo ha ido muy rápido Algunos de los que veis ahí en la foto estudiaron… otros, tal vez no. Supongo que todos han trabajado alguna vez, y algunos incluso han tenido la suerte de encontrar pareja… o la mala suerte. Muchos de los que veis ahí se han atrevido a formar familia, con hijos e hijas que seguirán sus pasos. Dios.
Pero, como bien se ve en la foto, 50 años no son nada. Están como chavalas y chavales, ¡viviendo como Peter Pan!
Son todos los que están pero no están todos los que son. Queremos recordar a todos y todas las zornotzarras nacidas en 1974 que, lamentablemente, ya no están con nosotros, pero que siguen viviendo en nuestro recuerdo.