NIEVES Y AGURTZANE MADRE DE LA TIENDA IBARRA PENTSUAK, NOS CUENTAN CÓMO HA TRANSCURRIDO EL TESTIGO INTERGENERACIONAL. LA VIDA EN EL CASERÍO Y LAS ACTIVIDADES EN TORNO AL GANADO HAN CAMBIADO MUCHO EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS LO QUE PONE EN ENTREDICHO LA ACTITUD DEL NEGOCIO FAMILIAR.
La vida de Nieves siempre ha estado ligada al transporte y al mundo ganadero. En la época juvenil los caseríos contaban con un gran número de animales y cada día era fundamental llevar a las casas piensos, sacos y otros materiales. Esto le llevó a comprar una lonja en Ixer y a abrir allí una tienda llamada Ibarra Pentsuak.
En el barrio de Ixer de entonces no había carreteras y alrededor predominaban las zarzas y las chabolas. La lonja, además, tenía la ventaja de que era alta, ancha y ideal para meter el camión y eso facilitaba la distribución.
Agustín acompañaba a su hijo en el reparto que montaba su marido. Mientras, Nieves se quedaba dentro de la tienda atendiendo a los clientes y vigilando el stock del almacén.
Agurtzane, la hija de la familia, empezó a repartir con su hermano nada más terminar el CES y poco a poco fue asumiendo la carga de la tienda. Tras la jubilación de su progenitor, fue él quien se encargó de realizar los pedidos diarios, las ventas y el trato con los clientes, continuando con la distribución de su hermano. Así, fue la segunda generación la que tomó el relevo, dando continuidad al negocio.

Cuando se renovó la calle y se colocó la carretera, el ayuntamiento instaló una zona de descarga de carga frente a la tienda para que los clientes pudieran coger los sacos con facilidad y bajar de los camiones; y menos mal, si no, el negocio no hubiera podido continuar.
El tiempo ha traído grandes cambios. Si antes en los caseríos abundaban las vacas, terneros, gallinas y otros animales, hoy las cifras han descendido mucho. Esto ha repercutido en la venta y en el perfil de cliente, lo que ha obligado al negocio a adaptarse.
El futuro, sin embargo, no está del todo asegurado. Tal y como admite la propia Agurtzane, no está claro que la tercera generación vaya a tomar el relevo de la familia. Sin embargo, a pesar de los 46 años transcurridos, el negocio aún tiene su lugar en Ixer.

